El mundo cambia a diario, haciendo necesario que se actualicen las palabras que se usan. Algunas caen en desuso, mientras que otras se emplean cada vez menos, o se adaptan otras de lenguajes externos a la propia cultura. No es de extrañar que, a veces, uses una palabra que le resulte rara a otras personas, como por ejemplo “tocaya”.
Persona que tiene tu mismo nombre
Si te llamas Silvia, eres tocaya de toda otra Silvia con la que te cruces (la versión masculina, “Silvio”, no cuenta). Esto no era necesario en épocas en donde había poca gente, o no había preferencia por tal o cual nombre; pero las modas, o los eventos de una cultura, pueden hacer que, de golpe y porrazo, haya mucha gente con el mismo nombre.
Homónimo u homónima
No, no tiene que ver con la homosexualidad. Esta es otra palabra para referirse a quien es tocaya o tocayo tuyo: significa “mismo nombre”. Laura Esquivel es tocaya mía, y yo de ella, aunque nunca nos hayamos visto ni hablado siquiera, o vivamos en tiempos, lugares o situaciones distintas.
Mismo nombre o apellido, sin parentesco
Quizás te hayas encontrado con una de esas familias que tiene como tradición nombrar a la primogénita como la tatarabuela (y la pobre tiene que lidiar con un nombre como Hermenilda). En el caso de una tocaya, no hay parentesco alguno, legal o genético. Puede que tengan el mismo nombre, apellido o ambos, pero no son parte de la misma familia.
Se usa más con el nombre
Si alguna vez te has preguntado si hay más nombre o apellidos, ten esto en cuenta: pocos apellidos se prohíben (como Hitler: sus descendientes se lo cambiaron), pero muchos nombres no pueden ser utilizados por diversos motivos, y esto varía de país a país. Por esto, es más común que se use con los nombres (que es algo que eligieron para ti, y hay menos disponibles) y no con los apellidos (que ya viene con el paquete familiar).
Mientras más raro el nombre, mejor
Encontrar otras Marías u otros Josés no es nada raro, en especial si vives en una cultura religiosa basada en la Biblia o sus cientos de ediciones (cada religión toma algunas partes y deja afuera otras). Pero cuando te llamas Iraixa o Dago, o tu madre decidió que t eiba a poner el nombre de un personaje de novela que nadie conoce, la sorpresa es mayor (y la tristeza de compartir un nombre “original” se alivia).
El mismo nombre, segundo nombre, y apellido
Si es María López o Juan Pérez, lo más probable es que encuentres muchas personas con estos nombres en países de habla castellana. Pero si se trata de Sansa Luz Vega o de Eragon Febo Schroeder, las posibilidades se reduce a casi cero. Hay que tener mucha suerte, o buscar de forma activa, para encontrar a gente con estos nombres.
Se usa, más que nada, en México
Esta palabra del español nació en México, y luego se fue extendiendo a todos los países de habla castellana (en América y otros continentes) y hasta en Brasil. Quizás por eso es que la palabra se usa más en tierras mexicanas que en cualquier otro lugar, y en donde más se lo escucha.
Es de origen náhuatl (azteca)
A diferencia de muchas otras palabras, que tienen raíces en el latín o el griego, “tocayo/ya” tiene su origen en el náhuatl. “Tocaitl” significa honra, nombre o fama, mientras que la terminación “-yo/-ya” indica que se trata de una idea abstracta. La etimología es, sin lugar a dudas, de origen azteca.
A veces se usa “tocayo/ya de cumpleaños”
La palabra “coetáneo” describe a personas o cosas que existen en un mismo tiempo o que tengan la misma edad. Por eso, hay quienes usan “tocayo/ya de cumpleaños” para referirse a otra persona que cumple años en la misma fecha, mejor aún si son de la misma edad. El caso más común es de gemelos, mellizas o siameses.
El evento más grande de tocayería de cumpleaños: 29 de febrero
En algunos lugares, para paliar la injusticia de que siempre te hagan el chiste de “es que no es tu cumpleaños este año”, las personas víctimas de semejante oprobio deciden juntarse y hacer fiestas a lo grande durante ese día. Aquí se encuentra la más grande tocayería de cumpleaños de todo el año.