¿Qué cosas le dan sentido a una vida?

La existencia humana no es algo fácil o sencillo, pese a lo que digan las películas. Hay veces en las que no sabes qué hacer, para dónde ir, o para qué hacer nada en absoluto. Hay preguntas que te mantendrán en vela por mucho tiempo, y una de ellas es: “¿qué sentido tiene mi vida?”. Las dudas existenciales son duras, por eso aquí tienes algunas posibles respuestas.

Relaciones entre personas

Hay quienes tienen una buena familia, y pueden afirmar que esto es lo que le da sentido a su vida, sea la de nacimiento, la que formen, o las dos. Otras gentes no tienen tanta suerte, y prefieren considerar como familia a sus amistades, o miembros de un grupo de pertenencia, sea cultural, religioso, deportivo, etc.

Religión

La fe es poderosa, y muy útil para unir gente bajo un credo y poder moldear algunos aspectos de sus vidas. En caso de gente “perdida”, o que ya nadie quiere ayudar, no es raro que se acerque algún representante religioso (en las cárceles, hospitales, orfanatos, etc.) para ofrecerles una opción que le dará sentido a su vida, además de una comunidad.

Objetivo a cumplir

Empiezan plantando una semilla o un árbol, y lo hacen por años, pese a que les preguntan qué sentido tiene. El resultado, en los casos exitosos, es la reforestación de un área arrasada, la mejora en la temperatura local, un avance en el humor general de la población, etc. Si tienes una meta a lograr, el sentido de tu vida puede ser dicha meta, a la que llegarás cumpliendo objetivos menores previos.

Influencia en otras personas

Sea positiva o negativa (y esto puede depender mucho del punto de vista), una vida con sentido es aquélla que anima a otras gentes a hacer cosas. Sea por el empeño que le ponen, por los resultados vistos a través del tiempo, por algo que te resuena a nivel personal de forma que nadie más pudo… Esa vida tiene significado para ti, ahora, quizás porque le dio significado a la tuya.

Hacer lo que de verdad quieres hacer

Oh, qué fácil es ir y decir “sigue tus sueños, persigue tu pasión” o similares. El problema es que esto nunca es fácil. Por eso, si vas tras lo que deseas, tengas o no una meta final en mente, el viaje será tu sentido de la vida. Sortear obstáculos, usar la creatividad, convertir desventajas en ventajas, tener flexibilidad… todo puede ayudarte (o no) en tu camino, el que le da sentido a tu vida.

Encontrar un enfoque adecuado

Trabajar duro en algo que no nos interesa se llama estrés. Trabajar duro en algo que nos gusta se llama pasión. Si bien a veces no se puede hacer lo que se quiere, nos podría servir luego en la vida. O, en el peor de los casos, nos enseña qué no volver a hacer, y cómo dejar de lado cosas que nos hunden en vez de ayudarnos. Y esto depende, en muchos casos, de un cambio de enfoque.

Adaptarse y evolucionar

Lo que querías en jardín de infantes no es lo mismo, al menos no igual en todo, a lo que deseabas en la secundaria. Lo que le da sentido a tu vida irá variando conforme pasen los años, tanto por tu propia evolución como por los cambios en el lugar en donde vives (dentro y fuera de tus círculos). Un objetivo que nunca cambia es uno que no tiene oportunidad de crecer.

El amor

Mirándolo bien, es increíble que estemos aquí, en este planeta. El único con espacios donde es posible la vida, llena de gente distinta en diversos lugares. Si no hubiese amor en el mundo, hace siglos que esta roca en el espacio sería un campo yermo y lleno de cadáveres humanos. Es por eso, y otros motivos, que algunas personas afirman que el amor da sentido a la vida.

La muerte

Algo infinito, que siempre estará allí, nunca será valorado. El saber que tu vida va a terminar algún día, al menos tu vida física, te da a entender que no tienes todos los recursos a tu disposición. Esto te obliga a priorizar si deseas obtener resultados. Es por esto que los dos grandes temas del arte son el amor y la muerte.

Buscar tu propio sentido

A veces, el sentido de la propia vida no es un destino, sino un viaje, una experiencia. Aprender cosas nuevas, adaptarse, intentar algo y dejarlo si no funciona, cambiar tu objetivo inicial por otro… todo esto implica un aprendizaje, un cambio en la forma en que defines tu meta. Quizás no sea tan evidente al principio, porque esto, también, se aprende con la experiencia.