En que consiste un proceso de diáspora

Los fenómenos primero suceden, y luego se busca una palabra para definirla. En algunas culturas pasan antes que en otras, o no se les da importancia, por eso hay palabras que no pueden traducirse sin perder bastante de su significado. O que cambia conforme quién lo usa, para adaptarse a una ideología. Por ejemplo, el término “diáspora”.

Consiste en la dispersión de una población

Cuando un grupo étnico, cultural o religioso, que habita en un determinado sitio, se dispersa, se habla de un proceso de diáspora. Para que un grupo así, que ha vivido por mucho tiempo en un mismo lugar, se disperse, antes debe suceder algo realmente importante.

Se origina debido a un suceso de gran impacto

Una guerra, un desastre natural, una epidemia o un movimiento social o político que haga tambalear a la sociedad en cuestión, la desocupación o colonización, entre otras cosas, puede ser lo que haga que se genere una diáspora, o que, al menos, se den las condiciones propicias para ello. No se quiere dejar la tierra que se ama, pero se termina haciéndolo para salvar la vida.

Consiste en seguir considerándose parte de esa comunidad

Aunque ya no se viva en su antigua residencia, esas personas siguen considerándose parte de su pueblo, cultura o etnia. Continúan hablando su idioma (aunque hayan tenido que aprender uno nuevo), cocinando su comida (incluso si hay que “adaptarla” debido a la disponibilidad de ingredientes o métodos de cocción), practicando su religión (de tenerla), etc. Resisten asimilarse a la zona en la que se encuentran en la actualidad, aunque conviven como pueden con ella.

Aún dispersos, desean regresar

Hay personas, ancianas ya, que aún conservan las llaves de sus casas, destruidas durante conflictos armados, como sucede con el pueblo de Palestina. Es una forma de recordarse lo que se ha perdido, lo que se ha sobrevivido, y que quedan cosas por las que vale la pena luchar, buscar una solución, manteniendo la unión a pesar de la distancia.

No desean integrarse, desean seguir siendo “fieles”

Con el relato y el mito colectivo de que la tierra que dejaron atrás era el paraíso, hay quienes consideran que dejar de lado sus tradiciones es una traición imperdonable. Aunque esa tierra ya no exista, o los sitios en donde crecieron fueron modificados al punto que son irreconocibles, se aferran a sus memorias. Volverse “locales” les recuerda que el tiempo no se detiene, y que la época dorada que recuerdan ya ha pasado. La solidaridad entre grupos en la misma situación, de la misma etnia, es la norma.

Puede ser una oportunidad para dar a conocer su cultura

Aun con pocos deseos de integrarse a la comunidad en la que se ha llegado, eso no quiere decir que escondan su cultura. Hay veces en las que la diáspora resulta en una oportunidad para mostrarse al mundo, y hasta atraer a personas curiosas, o que desean saber más. No dejarán entrar a cualquiera, pero por lo general no esconderán su cultura. A veces puede ser una de esas cosas que hacen que el proceso sea menos traumático, o más tolerable.

Puede generar fricciones entre quienes se quedaron y quienes se fueron

¿Se puede ser “X” si no se vive en la tierra de “X”? En el caso que parte de la población se quede, lo que nunca es fácil, habrá diferencias entre el grupo que se dispersó, y el que se quedó. Además de las experiencias divergentes, causará que algunas brechas se hagan más evidentes, y puede traer a la luz problemas antes ocultos, o rencores antiguos.

Puede causar radicalización

La diáspora causa muchas cosas, y una de ellas es incertidumbre. ¿Tendré para comer, yo y mi familia (o lo que queda de ella) allá a donde terminemos? El apoyo entre personas en la misma situación, el miedo, la discriminación, la desesperanza, la pobreza y marginalización, puede hacer que se llegue a ser radical.

La más comentada es la diáspora judía luego del holocausto

Entre los muchos crímenes horribles cometidos por los nazis y sus aliados, se cuenta la eliminación sistemática de población judía, asesinando personas y separando familias. Luego de la guerra, quedaban tan pocas personas de esa religión con deseos de quedarse en sus países ya no ocupados por nazis, que comenzaron a dispersarse por el mundo.