¿En que consiste una bravuconada?

En una época en donde se redefinen algunos conceptos, surge la duda de si se está utilizando el viejo o el nuevo significado. Para aclarar esta confusión, primero hay que saber de dónde vino, qué significaba antes del cambio, y qué empieza a significar ahora. También investigar sobre qué consiste dicho concepto. Empecemos, como ejemplo, con “bravuconada”.

Consiste en exagerar

Antes que nada, una bravuconada puede tener un gramo de verdad, pero está bajo capas de exageraciones. “Mira que yo soy más fuerte que Sansón” es un ejemplo de esto. Una cosa estener autoestima alta, o felicitarte por un logro importante, y otra cosa es ir yendo por la vida diciéndole a la gente que eres lo mejor que le pasó a la humanidad.

Consiste en intentar intimidar

El objetivo de una bravuconada no es instar a una pelea, sino evitarla, en lo posible. La intimidación puede hacer que se obtenga un objetivo sin conflicto activamente violento en el medio. Como el decir lo mucho que te gustaría que alguien intentase algo para partirle los dientes, mientras aplastas una lata de cerveza con el puño, por ejemplo.

Consiste en presumir de algo

Que se es más fuerte, más inteligente, que se tiene más dinero o poder. Mucho más común y agresivo en varones, pero no ausente en las mujeres, se centra en comentar alguna clase de virtud, habilidad o característica propia. Quien sepa algo de cómo funciona la psique humana sabrá, entonces, qué inseguridad tiene esta persona.

Consiste en intentar esconder la inseguridad

Y es que la bravuconada esconde un temor, una inseguridad. El “dime de qué presumes y te diré de qué careces” se ve en las bodas de lujo (y se divorcian a los pocos años), en comprar más allá del propio poder adquisitivo (y sobrevivir a duras penas, y no por mucho), etc. Con suerte, nadie verá que es una pantalla de humo, y que el rey, en verdad, está desnudo.

Consiste en dar una imagen falsa

Toda bravuconada pretende demostrar algo que no es, se esté en el estrato social en el que se esté. La diferencia es que, a más dinero, más opciones para pulir esto se tienen. A veces, lo único que se tiene es la imagen, o se considera que nadie le querría, le respetaría o temería si viesen cómo se es en verdad.

Consiste en expresar hostilidad

Lo primero que se viene a la cabeza es un sujeto que muestra los dientes y amenaza con el puño, pero hay otras formas, más sutiles. El insinuar que se podrían tomar acciones legales (exista o no esa posibilidad), el omitir a una persona por X, y decir que las personas X no tienen aptitudes para algo (sabiendo que está allí presente, escuchando), son algunas maneras de expresar hostilidad, en general o hacia alguien en particular.

Consiste en intentar mostrar superioridad y control

Por esto mismo, no es raro que los bravucones escolares busquen gente, en apariencia, más débil, más pequeña, marginada o que no pueda devolverle las agresiones. Se siente mejor al poder ejercer influencia sobre alguien, ya que no sabe, o no quiere, interactuar de otras maneras. Cuando ven a alguien más fuerte, o con una red de apoyo que les ampare, le esquivan.

Consiste en amenazar de forma algo indirecta

Una cosa es “te voy a bajar los dientes a golpes” y otra es “sería una pena que esos dientes tan bonitos terminen en el suelo, por medio de estos fuertes puños”. El sarcasmo no puede oírse en textos escritos, las bravuconadas sí, a menos que se domine el arte de la palabra y se eleve al cien por cien la sutileza. Y el objetivo es el mismo: decir algo sin decirlo de forma más o menos directa.

Puede significar que se vivió en un hogar violento

La bravuconería no nace del aire, sino de un ambiente que demuestra que es útil, sea por un mecanismo de defensa o por quieres lograr algún objetivo. En caso que la vida en el hogar sea una donde la violencia sea común, no es raro que las criaturas que allí viven empiecen a comportarse fuera de casa como bravucones. Y si no se corrige esta actitud, seguirá en la adultez.