A veces, nuestro idioma toma palabras de otras lenguas para definir conceptos nuevos. Sucede cuando dos o más culturas entran en contacto: las diferentes formas de expresar, y vivir, la realidad, no siempre tienen palabras en español (o, al menos, no que tengan el mismo significado). En este caso, se trata de “bon vivant”, y de qué rasgos presenta.
Es sociable y le gusta salir
Es común ver a von vivants en fiestas de gente a partir de cierto nivel económico. No les verás en las kermeses del barrio, sino en la clase de fiestas que incluyen salones de clubes campestres o barcos. Si la comida es buena (y sabemos bien cuándo la comida de una fiesta lo es), es probable que le veas por allí.
Sabe (y disfruta de) vinos y comida
Hay personas que sólo disfrutan de comer algo, pero el bon vivant da un paso más y se instruye al respecto. Puede, o no, saber cocinar esos platos, o preparar esos tragos que tanto le gustan, pero los disfrutará y puede que hasta te diga algún dato interesante en el proceso.
Toma riesgos y le gusta la novedad
Nadie aprende cosas si se queda dentro de su zona de comodidad. Parte de ser bon vivant es buscar cosas nuevas. Puede que al final no le guste, peor al menos sabrá que no le gustó (y podrá contar su experiencia en su siguiente salida social). Es parte de lo que le hace una persona interesante.
Le gusta el reconocimiento de otras personas
Hay quienes prefieren estar entre la multitud, y hay quienes desean tomar el escenario. Si se es bon vivant, se está en esta última categoría. No desean halagos huecos a su persona, sino que se le reconozcan sus conocimientos en gastronomía y cultura, por ejemplo. No irá por la vida pregonando sus virtudes, pero sonreirá cuando se mencionen.
Tiene carisma
Si bien no toda persona carismática es bon vivant, si se es bon vivant se tendrá carisma. El “alma de la fiesta” alrededor de quien orbita la gente, porque le quieren escuchar y pedirle opinión sobre algo. Es alguien interesante, de la clase de persona que hace valer el tiempo que pasas a su lado.
Su estilo no se define por la moda
La moda cambia cada pocos meses, pero el estilo permanece por mucho tiempo más. Además de mostrar consistencia, se viste como quiere pero siempre con buen gusto, aunque tú no sepas cuál es la marca de la ropa que lleva, porque no la encontrarás a las tiendas a las que vas. Puede que hasta se las haga hacer a la medida.
Es una persona impulsiva
Hay personas que no piensan antes de decir lo que piensan, o de actuar, o ambas cosas. Si se es bon vivant, es común la impulsividad, incluso si al final no resulta ser tan buena idea como parecía. En algunos casos puede llevar a un camino de autodestrucción, que irá escalando a una serie de adicciones (alcohol, apuestas, drogas, etc.).
Tiene clase y cultura
Como se puede adivinar, para ser bon vivant se tiene que tener cierto poder adquisitivo. Suficiente para ir a ver películas de culto, o a conciertos, o a exposiciones de arte, no por apariencias, sino porque le interesa, sabe o desea saber. Distingue entre lo bueno y lo caro, y sabe elegir lo de mejor calidad que, además, tenga estilo.
No es pedante ni presume
Parte de tener clase es no presumir de lo que se tiene. Hay quienes te lo echan a la cara apenas pueden, mientras que el o la bon vivant no lo hará. Disfruta de la cultura y de la buena comida, y lo vive con naturalidad, como parte de ese período de su vida. Si has oído la frase “dime de qué presumes y te diré de qué careces” lo entenderás.
Puede sufrir el síndrome de “después de la secundaria”
Cuando el último de los invitados se retira, el o la bon vivant se queda con su soledad, y entonces no puede dejar de lado el vacío interior. No es así en todos los casos, pero en otros puede que sea bon vivant para no sentir el hueco que siente en su ser.