Pana, según la Real Academia Española, es una tela gruesa que se parece al terciopelo y que puede ser lisa o con hendiduras generalmente verticales; una segunda definición se encuentra relacionada con el mar, y es que pana también sirve para nombrar esas tablas levadizas que forman el suelo de las embarcaciones menores.
Sin embargo, el español es uno de los idiomas más ricos del mundo, donde una palabra puede tener varios significados el cual puede variar incluso por la forma cómo se pronuncie. Así pues, existen otras acepciones para palabra tan peculiar, las cuales te mostraremos a continuación.
Pana: La máxima representación de un gran amigo
Hay una acepción final que nos muestra la RAE y en la que confirma que en algunos países de América entre ellos Ecuador, Puerto Rico y Venezuela se usa la palabra pana como vocativo para llamar, invocar o nombrar a un mejor amigo.
Un pana, entonces, vendría siendo un amigo de verdad, un compañero de caminos, un cómplice que va a todas.
Un pana es un partner
Una leyenda urbana, propia de los Venezolanos, cuenta que la palabra pana deriva de la transformación del anglicismo partner –socio– usado en la década de los ochenta por los jóvenes de la alta sociedad caraqueña para denominar a sus mejores amigos. Y pues, con el pasar del tiempo se democratizó su uso por el resto de los grupos sociales lo que logró que sufriera varias transformaciones hasta llegar a esta que conocemos y mencionamos hoy: Pana.
Pero entonces, ¿qué hace que un amigo pase a considerar a otro pana? ¿Qué significa verdaderamente ser un pana?
Ser pana significa estar conectado
Para poder ser catalogado de pana se debe establecer una amistad verdadera, ese tipo de amistad que siempre permanece en conexión con el otro, que nunca se separa, que permanece, que es uno. Este tipo de amistad es la que anda todos los caminos junto a su cómplice, que no abandona sean buenas o malas las horas. En esta relación no hay lugar para excusas, un pana está perpetuamente cercano a nosotros, está en nuestro teléfono, por las redes, en casa. Ser pana significa crear una alianza, un especial vínculo.
Ser pana significa saber escuchar
Un amigo que no presta atención a las cosas que dice su compañero jamás podrá ser considerado pana. Un pana está el mayor tiempo posible a nuestro lado, pero cuando no, escucha aquello que nos pasó en su ausencia. Oír las historias de tu compañero es esencial dentro de la relación, porque fortalece ese lazo que los hace uno solo y funciona para que puedas dar luces a su camino y ser apoyo ante cualquier situación. Por tal es clave escuchar bien para comunicarte mejor con tu pana. Ser pana significa poder atender, aconsejar en todo momento.
Ser pana significa tener que cubrir
Cada vez que se precise apoyo de parte de un amigo, aquel que siempre estará disponible para tender la mano será el más pana. En momentos incomodos en los que se necesite auxilio, el pana estará allí; cuando se está siendo bombardeado por una mala situación, este ha de proteger desinteresadamente; en el tiempo que se deba permanecer oculto, el pana se encargará. Un pana hace las veces de escudo, de guerrero.
Ser pana significa tener la capacidad de ayudar en cualquier circunstancia
Hay situaciones en la vida que pueden llegar a ser tan complejas, molestas o erráticas que literalmente nos quedamos solos lidiando con ello. En momentos así es cuando podemos saber quiénes son nuestros panas y quiénes no. Un pana jamás abandona a quien lo necesita y tiende su mano siempre que pueda hacerlo. De hecho, en circunstancias difíciles de la vida, pueden aparecer personas dispuestas a ayudar sin esperar nada a cambio y es entonces cuando descubres que se trata de un excelente amigo o “un tremendo pana”.
Finalmente, como toda amistad, funciona en ambos sentidos: Un pana sólo puede serlo si el otro también hace lo necesario para ganarse el título. La camadería, el compartir, el perdonar, pasarla bien y vivir momentos plenos de la vida es algo que suele hacerse con los panas, los amigos leales que siempre estarán ahí.