Algunas enfermedades no se hacen evidentes al ojo común. Puede que, dependiendo de la cultura y del momento, algunas hasta se vean como bendiciones. Sea como fuere, siguen siendo condiciones médicas que pueden afectar, mucho y de forma negativa, a quienes la sufren. Ejemplo de ello es la ortorexia, que se caracteriza por lo siguiente.
Leer etiquetas de forma obsesiva
Hay personas que tienen alergias, que pueden llegar a ser mortales, a determinados alimentos o medicinas. Por eso, es común que lean las etiquetas, pero una persona con ortorexia tiene una obsesión. Debe saber todo lo que entra en su cuerpo, sean alimentos o no, y las etiquetas son la forma más directa.
Ansiedad debido a un viaje
Bueno, no es raro. Moverse hacia una nueva localidad, quizás en otro continente, para disfrutar de las vacaciones… Y allí no tienen los suplementos que necesitan. Hay que asegurarse que no se queda sin suministro, por lo que llevar un bolso extra con todos los que se tenga a mano es lo primero que hacen. ¿Y la comida? Allí no se sabe dónde encontrar alimentos sanos, y es un peligro.
Saltearse la torta
“Si no hay torta, no es cumpleaños”, decía mi madre, y lo mismo se puede decir de las bodas, por ejemplo. Esta persona ve en esta delicia, símbolo de festividad, a una bomba terrorista dirigida hacia su ser, con el fin de desviarle del camino de la virtud y la comida sana. Hay que evitarla a toda costa.
Volverse elitistas de la comida
Son veganos y le dan sermones a sus amigos vegetarianos. O ella sigue la dieta paleo y ve a las crudívoras como pobres niñas ignorantes. No importa que sus personas cercanas estén experimentando, o tengan esa dieta por motivos especiales (salud, religión, filosofía, etc.), una persona con ortorexia se sentirá moralmente superior al resto, debido a su alimentación.
Entrenar como superatletas
Dejando de lado que esa clase de personas tienen equipos de profesionales detrás y mucho dinero para pagarles, una persona ortoréxica intenta imitarles tanto como pueda. Varias sesiones de ejercicios por día, micro comidas, cómo hidratarse después (y dejan afuera a las bebidas deportivas, que tienen demasiado colorante y eso no es sano, dicen), etc.
Dejar de lado la “mala comida” hasta que no queda comida “buena”
Azúcares, carbohidratos, proteínas… empiezan por uno o dos alimentos, procesados o no, y siguen reduciendo la lista de cosas que comen, o que consideran que pueden comer. El problema es que la lista de prohibiciones sigue aumentando, lo que les deja con menos opciones, hasta que sólo les queda el agua mineral. O ni siquiera eso.
La preparación de la comida genera ansiedad
“¿Pero estás segura que no cocinaron carne en esa olla antes?” “¿Cómo vas a usar ese aceite, y para freír?” “Tengo que asegurarme que cortaron las verduras con el cuchillo especial”. No es sólo qué alimentos se usaron, sino cómo se prepararon. Hay quienes prefieren comer sólo lo que preparan con sus manos, o lo que han comprobado que cumple sus estándares.
Criticar a quienes no “cuidan su dieta”
Es inevitable que te cruces con una de estas personas, en su fase de “tengo que avisarle al mundo lo que está haciendo mal”. Te ven comer con mayonesa y por poco no te arrebatan el plato, chillando que es veneno. ¿Carne? ¡Asesinato! ¿Verduras? ¡Demonios transgénicos! ¿Al vapor? ¡Así no se conservan mejor los nutrientes! Y, por supuesto, pensarán que eres un ser ignorante que morirá lleno de enfermedades que podrían haberse evitado, si le hubiesen hecho caso.
Obsesión alimentaria
Por si no es evidente a esta altura, se obsesionan con la dieta “sana”. Dejan de hacer cosas que disfrutaban para concentrarse en comer “como deben comer”, y dejan de lado todo lo que les puede llevar a la tentación, a apartarse de su santísimo camino hacia la salud a través de la alimentación.
Culpa si no se siguen sus reglas
Cuando una persona ortoréxica comete un error, un desliz, o cede por un momento, comiendo algo fuera de su dieta, no tarda en llegarles la culpa. No es raro que esto suene a creencia religiosa, hay quienes la ven así y consideran haber caído de la gracia de su deidad, la buena salud y la alimentación correcta, por esto.