La masificación de los medios de comunicación permite que se comparta, entre otras cosas, la cultura de otros sitios. Sean “otros sitios” la ciudad vecina, el país al otro lado del hemisferio o hasta el mismo espacio, que bastante grade es. Internet ha ayudado como ningún otro a que se conozcan otras culturas, otras tierras, otras palabras y expresiones. Ejemplo: “kawaii”.
Se escribe con dos kanjis: “amor” y “posible”
El idioma japonés no tiene alfabeto, tiene silabario, y no tiene letras, sino kanjis. En el caso de la palabra “kawaii”, se escribe con dos kanjis: uno que se lee “ka” según la lectura on’yomi y cuyo significado es “tolerable”, “pasable” o “posible”, y el segundo, que se lee “ai” según la lectura on’yomi y cuyo significado es “amor”.
No es nada nuevo
Si bien ha cobrado fuerza con la masificación de internet, el estilo “kawaii” es mucho más antiguo de lo que se podría pensar. Anterior incluso a la segunda guerra mundial, en la era Taisho (1912-1926), el diseñador Takehisa Yumeji lanzó artículos femeninos, comercializados especialmente para niñas. Pero ya en el año 1.000, en el famoso “Libro de la almohada” se hace referencia al término.
En un principio, significaba “tierno”
Allá lejos y hace tiempo, cuando la red de redes era poco más que ciencia ficción, se utilizaba la palabra “kawaii” para la ternura que daba el ver a un bonito bebé, o a un animalito que te hacía sonreír con sus travesuras. Fue en la década de los ochenta en donde cobró popularidad en Japón.
No se limita a los objetos o animales
Lo “kawaii” bien puede ser un auto en forma de pedazo de torta, un bebé que parece de publicidad (huele bien, está limpio y no llora, por ejemplo), las numerosas personificaciones de Hello Kitty, un llavero, una persona o una escultura. No es algo que se limite a objetos o animales, sino que puede incluir personas, plantas, etc.
Hoy en día, significa “bonito”
El significado de la palabra fue variando con el tiempo, y hoy en día se la utiliza para referirse a todo lo que sea “bonito” o “tierno”, como una canasta llena de gatitos peludos que quieren jugar, o algo que te causa ternura. También se la usa para describir a las personas inocentes y tímidas, en especial a las chicas.
No significa sexy
El estilo “kawaii” no implica atracción sexual de ninguna forma. Es algo más inocente, como la ternura que te da al ver a un par de cachorritos hacer cosas adorables. Este estilo apunta a ser lindo, dulce, simpático e inocente, pero no se limita a eso. Las muchachas japonesas pueden usar la palabra “kawaii”, aplicándola en contextos distintos, sin que esté fuera de lugar.
Apunta a agradar, no a la perfección
Si bien el diseño “kawaii” se relaciona con una composición redonda, los colores pastel y proporciones faciales infantiles, no apunta a la perfección estética. Si es demasiado perfecto, las personas sentirán malestar o incomodidad, y ya no sería “kawaii”. Lo “kawaii” tienes a hacer sentir bien a quien observa.
No es algo estático
Si bien el movimiento estético nació hace casi cien años, y la palabra hace más de mil, ha habido distintas corrientes que han tomado al “kawaii” como tronco. Entre ellas, se pueden encontrar el Ero-kawaii (lindo erótico), Kimo-kawaii (lindo espeluznante) y Guro-kawaii (lindo grotesco), aunque parezcan contradictorias.
Se encuentra en muchos sitios, dentro y fuera de Japón
Con la masificación de la red de redes, hoy se pueden ver chicas del estilo “kawaii” en lugares tan disímiles como Argentina o Francia. Primero en quienes sienten atracción por la cultura japonesa (o parte de ella), y luego por otras personas, han llegado a hacer acto de presencia en eventos de importancia en diversas partes del mundo, como la Japan Expo en Paris, el festival HARAJUKU KAWAii!!, el evento HYPER JAPAN en Londres o el J-Pop Summit Festival en San Franciso (Estados Unidos). Otro ejemplo es el tema de Avril Lavigne “Hello kitty”.
Lo “kawaii” fomenta la productividad
Se ha comprobado científicamente que lo “kawaii” fomenta la creatividad y la productividad en las personas, siempre y cuando no se trate de comida. Hiroshi Nittono, Michiko Fukushima, Akihiro Yano y Hiroki Moriya probaron, en su estudio “El poder del kawaii” (si, en serio) que las personas que veían imágenes adorables y bonitas, que no fuesen de comida, incrementaban su productividad en números que rondaban el 40%.