Quién fue y cómo murió Houdini

En el mundo de la magia y el ilusionismo hay algunos grandes nombres que pasaron a la posteridad. Algunos, como David Copperfield o Criss Angel, siguen con vida y en activo, deslumbrando a millones de personas, pero hubo otros. Otros que asombraban al público y que llegaron a morir por su arte, o casi. Uno de ellos es Houdini, Harry Houdini.

Nació en el imperio astrohúngaro en 1874

Fue un 24 de Marzo de 1874 en el que Erik Weisz (el verdadero nombre de Houdini) vino al mundo. Hijo de un rabino, él, su hermana y sus cinco hermanos vivieron hasta que él cumplió cuatro años en Europa; a su padre lo llamaron para hacerse cargo de una nueva congregación en Estados Unidos, y la familia fue con él.

El mago que lo inició todo: Dr. Lynn

La vida era dura y Erik trabajaba vendiendo diarios y lustrando zapatos en la calle. Un día, su padre lo llevó a ver al mago e ilusionista ambulante Dr. Lynn, y quedó fascinado por su actuación. A los nueve años, él y sus amigos del barrio crearon un circo, en el que él era contorsionista y trapecista. Su primera función fue en 1883.

Sus primeras aventuras no tuvieron mucho éxito

A los doce decidió probar suerte en los circos ambulantes, y por un año entero viajó por el país, pero cuando su familia se mudó a Nueva York regresó al hogar. Empezó a estudiar magia y a competir en disciplinas atléticas, como la natación, en los ratos libres que le dejaban los trabajos que tenía para ayudar a su familia. Y entonces encontró la biografía de Robert-Houdin.

Robert-Houdin, ídolo del cual tomó su apellido

El personaje era Jean Eugène Robert-Houdin, un mago que narraba su vida de forma tal que se convirtió en su ídolo. Erik decidió tomar el apellido artístico Houdini, agregando una i al final para homenajearlo. Luego agregó el Harry para que su nombre resonase en el público, y profundizó su estudio de la magia.

Su entrenamiento físico hizo que se destacase

Magos e ilusionistas ha habido muchos, pero Erik también tuvo un entrenamiento físico que le ayudó a hacerse más notorio por sus escapes “imposibles”. Camisas de fuerza, cajas fuertes, cuerdas, baúles y candados… Erik, ahora más conocido como Harry podía con todo esto, colgado cabeza abajo o bajo el agua, gracias a que había hecho natación y atletismo desde pequeño.

La muerte de su madre le hizo aborrecer el espiritismo

Cuando su madre murió, Harry se horrorizó al ver cómo los espiritistas timaban a la gente. Se dedicó a desenmascararlos, reproduciendo sus trucos y estudiando la psicología del engaño. Le dijo a su esposa que le comunicaría un código cuando hubieran pasado diez años de su muerte. Ningún médium logró dar el código correcto jamás.

Conoció a Artur Conan Doyle, autor de Sherlock Holmes

En un principio, entablaron una amistad, pero luego sus creencias los separaron. Houdini era un escéptico, mientras que Doye creía en el mundo espiritual, lo paranormal y las hadas. El escritor llegó a creer que el ilusionista realmente tenía poderes paranormales, al punto de poder desmaterializarse para escapar de cadenas y candados.

Fue la primera persona en volar en cielo australiano

La aviación era otra de las aficiones de Houdini, al punto que hizo llevar un avión desarmado en barco hasta Australia. Sólo cuando el mecánico dio el visto bueno, el escapista sobrevoló el suelo australiano, y tiempo después repitió la hazaña dos veces más. La segunda rompió un récord al estar en el aire siete minutos y medio, y habían sido más de no ser por el clima adverso.

Murió en Detroit, Michigan, en 1926

Extrañas circunstancias rodean al fin de la vida de este personaje. Si bien el informe médico dictó que fue por peritonitis, el ilusionista había recibido varios golpes de puños días antes, pero insistió en seguir trabajando. Después de dos desmayos en actuaciones lo llevaron al hospital, donde murió. Miles de personas asistieron a su funeral.